Foto del facebook de Susanna Mantovani |
Todavía colea la acción de este menda ibérico (turista español del que no se conoce aún la identidad) que ha causado revuelo y miles de comentarios en las redes sociales. Resulta que el sábado pasado, el sujeto en cuestión decidió darse un garbeo por el Salón de los Uffizi de Florencia y despelotarse delante de la pintura "El nacimiento de Venus" de Botticelli, mientras repetía "esto es poesía!" y lanzaba pétalos de flores al aire,
Causó tanto revuelo que tuvieron que llamar a los carabinieri que lo pillaron por banda y se lo llevaron a comisaría.
La peña se quedó atónita . Pero como siempre hay alguien espabilao, el suceso quedó registrado para la posteridad gracias a la cámara de Susanna Mantovani, una guía turística que iba con un grupo y que subió las fotos a su facebook. Y ahí estalló la tormenta.
Las reacciones desde entonces no han parado: que si arte, que si "menudo degenerado", que si la abuela fuma...en fin , lo de siempre.
Y es que amigos, ahí reside la importancia del contexto en el mundo del arte. ¿En qué momento una acción se puede considerar arte y en qué momento no?
Sin entrar a valorar la calidad o el mensaje de la presunta performance, si esta situación hubiese sucedido dentro de un horario programado y en un espacio preparado para la ocasión, la cosa habría quedado enmarcada como espectáculo artístico.
Pero ¿qué ocurre cuando es espontáneo y fuera de la órbita de la premeditación espacial? ¿acaso el arte pierde su valor y se convierte en otra cosa?¿estamos hablando entonces de que el arte no puede ser espontáneo y que ha de ser considerado como tal dentro de unos márgenes establecidos?, ¿se le pueden poner fronteras divisorias?¿se trata tan solo de una provocación de mierda?
En fin amiguetes, las preguntas quedan en el aire ¿os atrevéis a mojaros? Marina Abramovic´, ilumínanos, amén.
Se cierra el telón.