Arnold Schwarzenegger posa orgulloso con el dibujo vendido |
Así que, como manda la tradición, tuve mi pertinente encuentro de emociones, un mestizaje entre la tristeza del que se va y la alegría de lo que viene.
Me han dicho varias veces que manejo precios "muy econónicos", pero ¡ay amigos! uno tiene que comer y pagar la hipoteca. Y la verdad, me está dando bastante buen resultado, este año he vendido bastante, a pesar de que vivimos un momento de precariedad cultural acojonante.
Me gusta mucho la idea del "micromecenas", del comprador a pie de calle que, cuando tiene la oportunidad, invierte en cultura, en arte y que, dicho sea de paso, ayuda a que siga en el tajo. ¿No es bonito?
Bueno, despedid al bueno de Arnie, ya forma parte de esos coleccionistas lefrerianos que poco a poco y con mucho cariño, van tapizando el mundo con mis obras. Gracias Guillermo, de corazón.
:)
pd: y gracias Nacho, sin tus historias no habría dibujo (podéis recordar el origen de la ilustración, como de tantas otras, en su blogaquí, en Platos Desechables)