María Acaso me enseñó que el arte es una experiencia individual para
cada espectador. No dejemos que nadie nos la interprete, ni siquiera los
guías de los museos.
Y si te divierte crear tu propia realidad, no hay mejor lugar que visitar las eternas galerías del Museo del Prado de Madrid.
¡Ojo, no lo intente sin la supervisión de un adulto!
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