Ser o no ser, bombardear o no bombardear.
Vengo diciendo que el problema de los sirios es que se parecen mucho a los iraquíes: misma sangre, mismos genes, mismo petróleo. ¡Los sirios son demasiado sirios!
Con una guerra civil en pleno auge y con desmadres a todo trapo por lado de los dos bandos, nos dicen que la única posibilidad es un bombardeo intimidatorio. Si amiguetes, un bombardeo para castigar al gobierno que castiga a su vez a su población civil. Acojona pensar que, ante semejante razonamiento, un día se fijen en España. Vamos, que nos bombardeaban seguro.
O blanco o negro, o chupinazos o gas sarín. Nos dicen que no hay otro remedio, que hay que posicionarse.
Sin embargo la historia nos ha enseñado que hay una cantidad de matices de grises tan brutales que estas cosas ni habría que plantearlas.
Pero amiguetes, las grandes potencias están entrando de nuevo en recesión económica y hay que ponerse de nuevo las pilas para que se muevan los duros, aunque sea estimulando el mercado de las armas.
Vivir es un arte, efectivamente y por lo que se ve, Obama es al Premio Nobel de la Paz lo que el gobierno de Siria al Premio Nobel de Química.
Palabrita de le frére, amén.
Que tengáis un buen día!
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