La curiosidad del vaso de agua.

El italiano Galileo Galilei (s. XV) es considerado uno de los padres de la ciencia actual. A pesar de haber nacido en una época difícil para la investigación (la Iglesia ya repartía estopa a todo aquel que se saliese de sus límites establecidos) el tío se las ingenió para trabajar en las matemáticas, física, astronomía, ingeniería e incluso filosofía, dando con soluciones y avances  en la ciencia (desarrolló el telescopio y descubrió la primera ley del movimiento, por ejemplo) que hoy nos resultan más que imprescindibles.
Sí amiguetes, el tal Galileo era un tipo inquieto, sensible, curioso. Como curioso lo fue también Darwin, aquel científico británico que en el s. XIX revolucionó la concepción del origen humano con su famosa "Teoría de la evolución". También Da Vinci con sus ingenios o Maria Salomea Skłodowska-Curie (alias Marie Curie) la doble premio Nobel y descubridora del Radio.
 

Galileo, perseguido por la Iglesia "pensar" demasiado

Y es que, amiguetes, la curiosidad viene dada por la observación y es la genera aprendizaje. Es ese  "¿por qué?" que nos salta de repente como un "click" en la cabeza, lo que impulsa al ser humano a investigar, a querer conocer, a aprender, es en definitiva, el punto de partida del conocimiento.
Es un instinto natural que se da en todos los animales (la curiosidad mató al gato)  y que origina ese impulso que nos lleva a buscar información y, en consecuencia, a buscar soluciones.

Curioso fue el humano que aprendió a dominar el fuego, como curioso fue el que inventó la rueda, o el que decidió cultivar los campos. No hay evolución humana posible sin esta capacidad.

Sin embargo, todavía a día de hoy existe una cierta resistencia social a la capacidad de conocer, de aprender. Durante la última edición de la feria de arte ARCO , una obra en especial ha llamado mucho la atención por "polémica" siendo objeto de burla, diana de chascarrillos y del chiste fácil.
Efectivamente, me refiero a la obra de Wilfredo Prieto, "Vaso de agua medio lleno", que se exhibió en el stand de la Galería Nogueras Blanchard.

"Vaso medio lleno", Wilfredo Prieto, 2006 (imagen extraída de El Confidencial)

Han sido tantos los comentarios y las gilipolleces que he tenido que oír durante estos días que al final me he animado a escribir este post.
Personalmente he de decir que durante mi visita el jueves pasado, vi la obra y no me llamó mucho la atención. Una feria con 2 pabellones petados de gente, con 212 galerías de arte de 30 países, da para mucho que ver (y muy bueno, oiga) así que al final, saturado de tanta información, andaba algo cansado y no me paré a investigar sobre su obra.
Sin embargo, vista la polvareda que se ha levantado en torno al puñetero vaso , la curiosidad me llevó a ahondar en su trabajo para conocerle mejor. Y mi opinión es que es una obra interesante, potente y bastante consecuente con lo que propone el artista.

Si alguien de los que tanto han criticado tanto la obra hubiese tenido un pelín (solo un pelín) de sensibilidad para haber invertido un poquitito de su valioso tiempo a informarse sobre ella , como haría cualquier mortal curioso y con ganas de conocer, de aprender, de plantearse el mundo en el que vive, en vez de invertirlo en su smartphone de su mundo instagram-selfie de "posoparalosdemás-osea" , habría descubierto  una interesante concepción de la vida desde la perespectiva que da la realidad de un artista que nació en Cuba.


Vivimos en un país donde vemos normal que chicos que se depilan las cejas hasta la extenuación y que tienen su cuerpo lleno de tatuajes, ganen 1 millón de euros al mes por dar patadas a una masa esférica llena de aire. Y que encima defrauden a Hacienda.

Messi celebrando su triunfo

 Vivimos en un país en el que no nos planteamos como algo anormal o amoral que una familia tenga que donar al banco la vivienda que llevan pagada a la mitad y que aún así, la deuda no se le condone.
Vivimos en un país en el que no nos planteamos que haya gente que tenga que decidir entre comer o pagar su vivienda.
Tampoco nos planteamos que cada vez trabajemos más y ganemos menos o que los enfermos de la Hepatitis C sean dejados de la mano de dios porque hay un gobierno que prefiere invertir el dinero de nuestros impuestos en pagar aeropuertos sin aviones.


No nos planteamos que el agua se esté convirtiendo en un medio natural cada vez más escaso ni que haya empresas que estén especulando con su precio en el mercado, pero de repente, que curioso, sí nos cuestionamos que la pieza de una artista plástico proponga una crítica sobre ello.
Y es que amiguetes, de eso va la obra de Wilfredo, los mercados, la especulación, lo real y lo ficticio, lo positivo y lo negativo.

Soldado ondea bandera de la victoria sobre ciudad en ruinas, le frère 2012

El autor, que define su obra como "política y seria" se defiende ante el precio del vaso (20.000 euros) "Tendríamos que pasarnos un día entero más o menos para entender cómo un medicamento de primera necesidad, que tiene un precio de producción de 0,002 céntimos, puede costar más de 150 euros en la farmacia o cómo la bolsa crea dinero desde la ficción. O mejor que la bolsa, los Gobiernos. Y tendríamos que entender tantas cosas, que al final diríamos que poca especulación hay en el arte respecto a lo demás, ¿no?" ZASCA!

Esto, mis queridos amigos y amigas,  solo puede ocurrir en un país donde la intelectualidad está cada vez más proscrita, donde pensar por sí mismo es sospechoso y donde la cultura se castiga con un 21% de IVA (la pornografía solo cotiza a un 4%, ojo)

Criticar es siempre fácil y más al Arte, un lenguaje peligroso que acojona porque mueve los cimientos de lo preestablecido, cuestiona conocimientos, realidades, actitudes y propone  perspectivas diferentes. Lo nuevo.

Portada de La Gaceta tachando de "absurdo" al arte

Para muchos y muchas (personas, medios de comunicación, etc) el ARTE (así, en mayúsculas) debería ser simplemente un taller donde solo se pintase lo "bonito" o se esculpiese "cositas agradables" porque consideran que la contemplación de lo bello es menos subversivo que el pensamiento propio.

Muchachada, haced lo que queráis, yo por mi parte seguiré alimentando mi curiosidad, brindando a la salud de artistas que como Wilfredo Prieto nos han sabido dar agua en una galería en vez de mierda en un televisor.