"La mirada de Hepburn", Acrílico Liquitex blanco y bolígrafo (rojo, verde y azul) sobre cartón |
Con este dibujo cerramos la trilogía de las divas de Hollywood que se va a inaugurar este viernes que viene en el Foro de Pozuelo . Se trata de la mirada de Katharine Hepburn, otro gran mito del celuloide que vivió su infierno particular tras el telón de la fama.
Al loro porque el texto lo pone Nacho , el blogero de "Platos Desechables", en otra vuelta de tuerca creativa que hemos decidido añadir a nuestro proyecto mutuo de colaboración.
(Gracias Nacho, la ilustración no podía tener mejor acompañamiento)
KATHARINE HEPBURN
Echo la vista atrás y ¿qué es lo que veo? ¿De verdad he sido la mujer que todos dicen haber visto? Si, en mi maleta solo hay pantalones pero si hubiera seguido todas las reglas me hubiera perdido toda la diversión, no habría llegado a ninguna parte. Y sin embargo soy débil…a veces me siento la novia virginal de Jeckyll, otras la prostituta de Hyde. Y todo, ¿por qué? Ahora lo veo claro. La culpa es del amor. He tenido que soportar a tantos hombres torturados. He sido amante y enfermera, he sido el pilar de borrachos y adictos. Pero el amor no tiene nada que ver con lo que estás esperando obtener sino con lo que estás esperando dar. Es decir, todo…¿Y yo soy La Arrogante? En fin, la vida es dura, después de todo, te mata.
Katharine Hepburn endureció su carácter desde niña: a los 14 años encontró a su hermano ahorcado; después declaró que ese día fue el único que vio llorar a sus padres. Un verano se cortó el pelo e hizo que todos la llamasen Jimmy. Para su primera prueba en Hollywood se presentó con un parche en un ojo por culpa de un accidente con unas virutas de acero. En el cine, introdujo la delgadez y su mirada desafiante acabó con el arquetipo de mujer lánguida que imperaba en las películas. Gustaba de vestir pantalones y tenía un cuerpo atlético, incluso se definió a sí misma como “marimacho”. Su imagen y su negativa a asumir el rol que la sociedad asignaba a las mujeres la convirtió en un icono de mujer independiente, moderna e inconformista. Fue conocida como “La Arrogante”. Pese a ello, era una mujer romántica y de gran corazón, entregada a multitud de romances, casi siempre con hombres casados y torturados, aguantando adicciones y humillaciones.
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