-¿Aló?
-¿Señor le frère?
-Al habla...¿sabe?... son las cinco de la mañana y no he dormido nada, pensando en tu belleza en loco voy a parar....
- Noooo, no es amor, lo que tu sientes se llama obsesión.
-...el insomnio es mi castigo, tu amor será mi alivio...
-...no puedo, tengo novia....vale ya, pare ladrón, ..mi única esperanza es que oiga mis palabras...le llamo del Conde Duque, necesitamos que se persone en el lugar para cabar de montar la obra. Hay unos pequeños detalles que nos gustaría ver con usted.
-Estoy perdiendo el control en tu pensamiento...no problem, mañana lo vemos antes de la inauguración. Disculpa si te ofendo, pero es que soy honesto, con lujo de detalles, escucha mi versión....-
-Click bip,bip,bip (me colgó)
24 horas más tarde y con el retraso horario pertinente y fatal que me marca el dictado de la habitual rutina alimenticia, me persono en el lugar de los hechos.
-¿Busca algo joven?
-¡¡Justicia social y pan para todos!!
-Vale, otro artista...mire, hable con la señorita del fondo y no moleste mucho
-Gracias
Me acerco al rincón donde mi obra de papel ondea al viento proclamando las vergüenzas ajenas de un neo sistema educativo hecho a la medida de un orto.
- Hay que ajustar aquí y allá para que el rostro quede centrado y tal.Vale. Me pongo al tema. Un ojito sube, otro baja...(10 minutos para la inauguración) la orejita por aquí....(5 minutos para la inauguración)...la barbillita que quede en línea (3 minutos para la inauguración) y...
-OIGA USTED, LA OBRA NO SE PUEDE TOCAR.
- Coño!. Me giro sobre los talones con la gracia etérea de una bailarina de Degas y me encuentro con una mirada insertada en una pequeña cabeza que me contempla tras unos ojos blindados con unas lupas de cierto aumento.
En una funda azul con forma de lo que parece una americana con pantalón y con una corbata por bandera, se encaja un señor bajito entrado en años. El escudo de su funda no deja dudas. Es un conserje. Sí, un conserje de un edificio público, de cultura, del Estado. Esa especie de guardián de la nada, con aliento a tabaco rancio, abonado al MARCA, que suele invertir su tiempo en mandar callar a los niños, pasear sin rumbo, comentar los culitos que tienen las muchachas y cazar, de vez en cuando, a algún incauto para abroncarle y demostrar quien manda ahí, cojones, que para eso lleva uniforme del ayuntamiento. Un león de la salvaje mediocridad de nuestro ayuntamiento que ha encontrado a su gacela particular que devorar.
-Mire, caballero,es mi obra, ¿sabe? la estoy colocando para que se pueda ver bien
¡Mierda, la gacela se escapa!. Contemplo el estupor en su mirada. Su boca se abre...el fracaso se pasea ante sus ojos bailando la Macarena ...nooooo!Suena un cortocircuito y empieza a oler a quemado. Algo se está chamuscando dentro de su cabeza ¿soltará a la presa?...segundos de incertidumbre...NUNCA! Vuelve a cerrar las mandíbulas
-¡DA IGUAL, USTED TAMPOCO PUEDE TOCARLA! Andanada argumental
-Ahora el del estupor soy yo...¿quéeee?...no, este hombre me ha entendido mal...oiga, estoy colocando la obra, la gente va a entrar y se tiene que ver bien, tengo que hacerlo.
-NO, NADIE PUEDE TOCARLA, NI USTED NI NADIE, ladra la funda de azul.
-Flipo ¿Cómo??? esta obra es mía y la toco si me parece, tengo que...
-USTED NO TOCA NADA Y PUNTO, NO SE PUEDE TOCAR NADA.
-¿Y eso quién lo dice?
-LO DIGO YO Y PUNTO!
Y ahí, ante el retrato de Wert en papel higiénico, comenzó una lucha argumental que enfrentó a dos forma de entender la educación, la cultura y el arte. Frente a un "mire usted, es mi obra, se trata de mi dinero,mi inversión, mi trabajo y por lo tanto mi decisión" se interpuso un "yo soy la autoridad", "voy a llamar a seguridad","si yo lo digo que lo deje, lo deja","aquí mando yo" acompañados con bastantes "..y punto"
¿Es posible que un conserje pretenda dictar las líneas creativas de una exposición pasándose por el forro el criterio de su autor en un centro cultural del tamaño del Conde Duque? En Madrid sí porque vivimos en el coño de la Bernarda...y no es ninguna una ilusión en el pensamiento.
En una ciudad dirigida por consejes que juegan a ser Torrente, ser artista es de valientes porque el valor que las instituciones dan al arte emergente es nulo,de desprecio, a la altura de una multa de vialidad en plena Gran Vía, es decir, ignorado.No es amor, no es amor, ni tampoco obsesión.
pd: eterno agradecimientos a todo el equipo organizador de la exposición "Somos Malasaña" que nada tienen que ver con el incidente y que tan bien se han portado conmigo y con la obra.
