Enfado, sorpresa, alegría, tristeza...los ojos reflejan el estado de ánimo y en la mirada se esconde la denuncia de una mentira. Somos lo que miramos y también somos como lo miramos.
Y Putin tiene una forma de mirar efervescente. Efervescente, sí, ácida, corrosiva, como un proceso químico que deshace y burbujea cualquier esperanza sólida de cambio o democracia en su país o en los de su entorno.
Por eso he comenzado a bocetar a bolígrafo estos ojitos glaucos de cordero degollado que corresponden al susodicho personaje. Efectivamente amiguetes, Vladímir Putin acaba de ser nominado para a ser retratado en papel higiénico y formar parte de esa élite exclusiva que caracteriza a los líderes de mierda.
De momento son los ojos de Putin ¿quién sabe lo que saldrá?
Un saludo a todos sus seguidores (los grandes hijos de Putin) y feliz día , seguiremos informando.
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