martes, 5 de marzo de 2013

La dignidad del artista


arte, dignidad



El arte es un trabajo, un oficio, un medio de vida como otro cualquiera a través del cual, los que nos dedicamos a ello intentamos ganarnos las habichuelas.
Lo único que nos diferencia de los demás currantes  es que nosotros tenemos que vivir de nuestra creatividad. Un tema muy jodido, señoras y señores.

Tenemos que crear y enfrentarnos, por un lado,  al criterio y a la valoración de un público, por lo general muy crítico y hostil a todo lo que significa innovar y por el otro a una especie de establishment  comisarial  que rige y decide según unas  determinadas modas impuestas por la última pasarela de la mediocridad del mercado.

¿Y qué es un artista?
Es curioso como no existe un matiz gris a la hora de valorarnos y pasamos a ser considerados a partes iguales como “genios” o como “caraduras”
Pues ni lo uno ni lo otro, señoras y señores. Van a flipar ustedes pero los que nos dedicamos a esta difícil labor, también tenemos hipotecas en el banco, también comemos, reímos, lloramos, meamos y cagamos.  Lo siento, pero es así.

Es muy triste pero los principales responsables de esta situación somos los mismos artistas.  
Con bastante frecuencia  he topado con colegas del ramo  que se refugian (por ignorancia o desidia) en la visión decimonónica del arte, alimentando de paso su peculiar ego del que todo lo sabe y nada le queda por aprender. Error, sin crecimiento solo queda la mediocridad.

El arte es una disciplina que se estudia, se investiga y se aprende. Y los que hemos tenido la suerte de conocerlo debemos seguir con su labor de difusión, de apertura y de evolución.
¡Basta! No hay que dejar de aprender, de evolucionar, sigamos creciendo para seguir haciendo crecer el arte y  dignifiquémoslo coño! es nuestro deber como artistas

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